Arenys de Mar
La importante actividad marítima favorecerá el establecimiento de una escuela de náutica para pilotos de altura que coincidirá con la época de oro de los astilleros, las más importantes de la costa norte catalana hasta finales del siglo.
Los dos primeros tercios del siglo XIX, la actividad naval continúa con gran pujanza. Fondean en Arenys unos 490 barcos anuales. Casi cada día, llegan de 30 a 40 cargas de cerámica de Breda destinadas a Ultramar. También se exportan, sobre todo en Matanzas -donde había una importante colonia areñenses-, puntas, corcho, madera, armas, medias, cuadros de artistas barceloneses, sanguijuelas, etc.
Muchos areñenses van a América a hacer fortuna y algunos vuelven enriquecidos, los famosos "americanos".
Las innovaciones técnicas como el paso del ferrocarril (1859), el alumbrado de gas (1881) o la primera instalación eléctrica (1889) favorecen el crecimiento. Sin embargo, el fin de siglo vendrá marcado por la crisis de los astilleros, del cultivo de la viña y las migraciones a América.