Buenaventura Puig Torrent fue uno de los blanqueños que acumuló una de las fortunas más remarcables, primero gracias al "Café de la Marina" que estableció en La Habana. En 1895 regresó de Cuba a bordo del vapor J. Jover y Serra,
dicen que con una esposa cubana y con una renta diaria de un duro. Se hizo construir una de las casas más lujosas de la calle Esperança, que se convirtió en una de las calles de la villa con mayor presencia de casas de americanos.