La Riera a partir del siglo XIX se convirtió la calle por excelencia de la burguesía catalana que veraneaba en Sant Pol y, también, de los que habían hecho fortuna en Las Américas y volvían a su pueblo natal, que se hicieron construir residencias que reflejaban la estatus y la riqueza de unos y otros.
Los números 13, 14 y 15, de esta calle son ejemplos de arquitectura de maestro de obras, las dos primeras casas muestran un estilo neoclásico simplificado con fachada estucada imitando sillares. Antes eran una sola casa que actualmente está dividida en dos.
Y la núm. 15 es un edificio entre medianeras con patios anterior y posterior, de planta baja y piso con techo muerte, que está inspirada en los hoteles franceses, con fachada estucada que imita la obra vista y con motivos ornamentales de azulejo.