Si el nombre de esta calle ya es una referencia evidente a las tierras que dieron nuevos horizontes a la vida de estos sitgetanos emprendedores, también las construcciones que encontraremos, todas de gran belleza y suntuosidad, son evidencia del éxito que algunos alcanzaron en sus negocios en Ultramar. La modernista Villa Avelina, de Bonaventura Blay, en el número 35, obra del arquitecto Buhigas Monravà , es una de las más espectaculares. Destacamos también la de Josep Carbonell al nº 34, la del empresario licorero Manuel Planes, en el número 21, y al 2 la novecentista del terrateniente vinculado a la indústria azucarera Francesc Bartés , que murió en La Habana.